Carlos Carboni, nació en Pavía, Italia el 6 de junio de 1901, residiendo desde los cuatro años en el barrio porteño de Villa Urquiza, donde falleciera en 1989.
El arte del fileteado, iniciado en Buenos Aires a fines del siglo XIX, se convirtió en el arte plástico identificatorio para plasmar símbolos, frases e imágenes íntimamente ligadas al sentimiento popular.
Al igual que el tango, en la década del sesenta, atravesó por momentos el olvido y la indiferencia, aunque afortunadamente ha vuelto a resurgir en los últimos años, siendo valorado y reconocido tanto en Argentina como en el extranjero, como un arte original y clásicamente porteño.
También es muy difícil no encontrar a un fileteador que no haya tenido en cuenta a Carlos Gardel como motivo de su inspiración, siendo así que en este blog se han dedicado varias entradas a sus cultores, no pudiendo olvidarnos que según afirma el libro “El Buenos Aires de Enrique Horacio Puccia (1910-1995)”, todos sus artistas, sin excepción, coinciden en considerar a Carlos Carboni como al auténtico maestro, al fileteador más fino y armonioso que ha dado este arte.
Correspondió a la escultora argentina Esther Barugel y a su esposo, el pintor español Nicolás Rubió, organizar el 14 de septiembre de 1970, la primera exposición del filete en la Galería Wildenstein, en Buenos Aires, donde se destacó Carlos Carboni, por las tablas fileteadas de la época de los carros.
Las obras expuestas en la galería por Carlos Carboni, se encuentran actualmente en el Museo de la Ciudad, sito en la calle Alsina 412, Buenos Aires. Otras obras suyas lucen en el Museo de Arte Contemporáneo “Luis González Robles” de la Universidad de Alcalá de Henares, España, y en importantes colecciones privadas, tanto en el país como en el extranjero.
En 1983 fue declarado Vecino Ilustre, por la Junta de Estudios Históricos de Villa Urquiza, en acto público, en el que hizo uso de la palabra el ingeniero Roberto Conti, entregándole medalla y diploma que lo acreditaban como tal.
En 1984 fue declarado Ciudadano Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires, y en septiembre del año siguiente expuso su obra en el Salón Oval del Hipódromo de Palermo, en oportunidad de correrse, en el día de su inauguración, el Premio Carlos Carboni.
Mediante una nota fechada el 15 de julio de 2004, la Junta de Estudios Históricos de Villa Urquiza, presidida por el Dr. Luis Alposta, elevó al diputado Dr. Carlos Amejeiras, del Partido de la Ciudad e integrante de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, un proyecto para asignar nombres de reconocidos vecinos a cada uno de los canteros centrales de la Av. Mendoza (tramo que va desde Av. Triunvirato hasta Barzana).
Esta iniciativa contó con el auspicio de la Academia Nacional del Tango. Los nombres que se propusieron fueron los siguientes: Enrique Delfino (músico); Héctor Félix Arata (historiador); Pacífico Víctor Lambertucci (músico); Carlos Carboni (fileteador) e Higinio Cazón (payador).
Si bien por Ley 2049 -sancionada el 3 de agosto de 2006 y promulgada por Decreto 1257 del 24 de agosto de 2006- la Legislatura dio curso favorable a la solicitud, hasta la fecha no han sido colocadas las respectivas chapas de denominación. ¿Será por razones de presupuesto o simplemente obedecerá a la desidia burocrática?
Recordemos que el cantero asignado a Carlos Carboni, está ubicado en la Avenida Mendoza entre las calles Bucarelli y Andonaegui.
He ido intercalando las obras que el maestro fileteador realizó con la imagen de Carlos Gardel, en el desarrollo de esta entrada, independientemente de otras que puedan existir, siendo la descripción de la que la encabeza, según el sitio http://www.acceder.gov.ar/ la siguiente:
Puerta pequeña de forma rectangular con borde superior curvo. Fondo de color crema con un círculo blanco centrando la imagen de Carlos Gardel de semiperfil. Fondo de casas con rejas y balcones. Filetes rojos.
Por último la portada del la primera edición del “Primer Diccionario Gardeliano”, de autoría de José Barcia, Enriqueta Fulle y José Luis Macaggi, editado en 1985, es obra de Carlos Carboni.
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