jueves, 22 de mayo de 2014

En Suipacha 425 - Buenos Aires



En una antigua casona de dos plantas, sita en la calle Suipacha 425, casi esquina avenida Corrientes, funciona el “Almacén & Restaurant Suipacha”.



Su página Web está encabezada por una imagen en esténcil de Carlos Gardel, aunque publicada con efecto espejo.


De dicho sitio y de su blog, obtenemos abundante información y fotografías del local, como ser su fecha de inauguración, sus propósitos y objetivos, su mobiliario y su decoración.






Veamos seguidamente la infaltable presencia de Carlos Gardel en el “Almacén & Restaurant Suipacha”.

► Un cuadro dedicado y autografiado por  Pérez Celis (Buenos Aires 15/1/1939 - 2/8/20008), titulado “Siga el Corso”, tango de Anselmo Aieta y Francisco García Jiménez, grabado por “El Morocho”.


Está ubicado en la planta baja del comercio, detrás de la escultura de un bandoneonista.



Aunque también supo estar detrás de la barra o mostrador.


► Precisamente detrás de la barra, luce una fotografía de Carlos Gardel.



► En la pared lateral izquierda, vista desde la entrada el local, pueden verse dos cuadros con fotografías del “Zorzal Criollo”.


Podemos observarlas con mayor nitidez, pero semicubiertas por los comensales.



Estas son las fotos, bastante difundidas.


► Sobre la misma pared, pero más al interior del negocio, puede contemplarse a Carlos Gardel, fileteado por Sergio Musladino en una chapa pintada con esmalte sintético y barnizada, colocada arriba de una antigua boletera de colectivos.


En ocasiones los cuadros son cambiados de lugar, y el cuadro de “El Mago”, está debajo de la boletera.



Sergio Musladino exhibió varios de sus trabajos en el restaurant, donde entre ellos notamos el correspondiente a Gardel.


► También puede verse una clásica pintura fileteada del querido cantor, tal vez realizada por el mismo artista.


► En la planta alta, han ubicado otro cuadro fileteado de Carlos Gardel, en el lugar destinado a la recreación de un antiguo almacén.





jueves, 15 de mayo de 2014

En Paseo Las Alamedas - Durango - México


Fundada el 8 de julio de 1563 por Francisco de Ibarra, Durango, oficialmente llamada Victoria de Durango en honor al primer presidente de México, es la ciudad capital del estado de Durango.

El “Paseo Las Alamedas”, se extiende a lo largo de unas siete cuadras, paralelamente a la calle “Dolores del Río”, (la inolvidable actriz mexicana), entre el “Paseo Las Moreras” y la “Plazuela Baca Ortiz”, en el “Centro Histórico” de Durango.


Sus orígenes se remontan a fines del siglo XVIII, cuando según algunos historiadores, el entonces gobernador de Durango, teniente coronel Juan de Velázquez, siguiendo la tradición española, ordenó en 1790 la plantación de álamos y sauces en la zona.


Fue hacia 1825 cuando el gobernador Santiago Baca Ortiz decide plantar más árboles, creando el “Paseo Las Alamedas”, la plazuela que hoy lleva su nombre y una plaza de toros.


Desde principios del siglo XX, se fueron colocando banquetas para el descanso de los paseantes, jardines y senderos peatonales, hasta que en 1996 comenzó la remodelación total del paseo, cerrándose al tránsito las calles interiores, mejorándose los caminos peatonales, agregándose diversas fuentes de agua e iluminándolo totalmente, constituyendo uno de los paseos más bellos de la ciudad.



Otra de las características del “Paseo Las Alamedas”, la constituye el emplazamiento de estatuas de hierro o bronce en memoria de los personajes históricos del país y hombres y mujeres ilustres de Durango.


El monumento más antiguo data de 1906, correspondiendo al varias veces presidente mexicano Benito Juárez, al cumplirse cien años de su nacimiento. Un busto de 1944 recuerda al ex presidente Venustiano Carranza, un monumento ecuestre muestra al general Ignacio Zaragoza, la escritora y la bailarina Nelly Campobello tiene su busto.


El 13 de febrero de 2014 se inauguró una escultura de Carlos Gardel, sentado en uno de los bancos del paseo.
Realizada en bronce por Oscar Ruiz, la obra escultórica denominada “Monumento al Tango y Gardel”, consiste en una pareja de bailarines, que son contemplados por el inmortal cantor.



En realidad son los bailarines, representando al tango, quienes ocupan el motivo principal de la obra, mientras que la participación de Carlos Gardel es la de un espectador, cuando hubiera sido más correcto que él fuera el protagonista.
 

No son muchas las fotos donde se puede ver en detalle la escultura de “El Morocho”, pues la mayoría de ellas intenta reflejar el momento de la inauguración del monumento y las personalidades participantes.


Llama la atención que en el bolsillo de la solapa, Gardel no aparezca con un pañuelo, sino que en su lugar pareciera verse un cigarro, como así también que su mano izquierda sostenga o se apoye en un paraguas, pudiendo causar la impresión de tratarse de una persona avejentada.



Pero lo importante es contar con una escultura de Carlos Gardel en un paseo tradicionalmente reservado para personajes históricos y populares mexicanos, en un país donde nunca estuvo, aunque pensaba presentarse en su truncada última gira.





Con la inauguración del monumento, también fue creado el “Paseo de las Artes Internacionales”, concretando rápidamente un proyecto iniciado en noviembre de 2013.




viernes, 9 de mayo de 2014

En la “Barra Tanguera” - Alicante - España



La “Barra Tanguera” fue un local donde se escuchaba y hablaba de tangos, creado en 1966 por el bandoneonista, director de orquesta y compositor Manuel Pizarro, que funcionaba en un edificio construido por Ricardo Tafalla, ubicado justo al lado de la casa del gran coleccionista alicantino.

En esa época, Manuel Pizarro que residía en París, había pensado en mudarse a la ciudad de Alicante, por su clima recomendado para su salud y continuar con sus proyectos comerciales de instalar locales tangueros, impulsado por el auge del tango en Alicante, basado en su probada experiencia iniciada en la década del veinte en París y la del gran coleccionista alicantino Ricardo Tafalla.

Sin embargo, pese  a que el local como emprendimiento comercial funcionó bien, a los vecinos no les gustaba tanta algarabía y empezaron a poner denuncias, por lo cual el maestro Pizarro decidió cerrar el local y volverse a París al año siguiente.

La “Barra Tanguera” cayó en el olvido, y de no haber sido por la perseverancia y paciencia del hijo de Ricardo Tafalla, el amigo Fernando Tafalla, que buscó en el archivo municipal algún artículo que recordara la presencia de Manuel Pizarro en Alicante, logrando después de ardua búsqueda encontrar en “Prensa Gráfica” la siguiente nota del 28 de enero de 1967.


En el artículo de “Prensa Gráfica”, además de la foto en “Villa Rosa”, uno de los tantos locales que regenteaba el maestro en Francia, y la de Manuel Pizarro sólo, observamos otra foto con el mural con la imagen de Carlos Gardel de fondo, tomada en el local de tangos “Barra Tanguera” en Alicante, con la presencia de Manuel Pizarro, Ricardo Tafalla, Vidal Masanet, autor de la nota y Alberto de María, secretario del músico, en ese orden.


La parte del mural que se alcanza a ver en la fotografía, muestra el rostro de un sonriente Carlos Gardel, en la noche de Buenos Aires, simbolizada por la luna, los edificios y el tradicional farolito, imagen del querido “Morocho” basada en una conocida fotografía suya.



Nota: Respecto a los siguientes recuerdos del maestro Pizarro sobre Carlos Gardel, cabe hacer algunos comentarios.

Según Oscar Zucchi, Manuel Pizarro nació el 23 de noviembre de 1895, en la calle Billinghurst 877, en el barrio de Almagro, aunque cabe la posibilidad que se haya criado en el Abasto como se expresa en la mayoría de las semblanzas del músico.

Pero de cualquier manera, Carlos Gardel se crió en la calle Uruguay 160/2, para mudarse en 1904 a la calle Corrientes 1553, siendo por lo tanto imposible que ambos fueran amigos de la infancia como sostenía Pizarro.

Pizarro manifestaba que Gardel era 10 años mayor que él, por lo cual el “Morocho” debiera haber nacido en 1885, siendo una diferencia de edad tal que mientras Pizarro vivía su infancia, Gardel ya estaba en la adolescencia o juventud, no justificándose los chirlos o cachetes de doña Berta.


Tanto de las semblanzas de Orlando del Greco, Oscar Zucchi, el artículo actual y las biografías de Manuel Pizarro en general, surge el concepto de que fue el propio Pizarro quien hiciera posible que Carlos Gardel pudiera debutar triunfalmente en París en 1928.


Con todo respeto, me parece que Manuel Pizarro, se auto atribuyó el mérito del debut del “Morocho”, pues por ejemplo, Miguel Angel Morena, en su libro “Historia Artística de Carlos Gardel, no vincula a Pizarro en el debut de Carlos Gardel en París el 30 de septiembre de 1928, ni el 2 de octubre del mismo año en el Teatro Fémina.


Por su parte Enrique Cadícamo, en su poema “Exordio”, escrito en 1965, atribuye a su hermano Salvador y no a Manuel Pizarro, el haber presentado a Carlos Gardel al empresario Paul Santolini.